OCASO 3
La transposición del espacio-tiempo
Para László
Moholy-Nagy el espacio es un ente difícilmente definible como entidad real.
Esta incertidumbre le confiere la particularidad de no establecerse en una sola
dimensión y tiempo y que sus posibilidades rebasen el entendimiento. A partir
de esas posibilidades se han establecido las distintas formas de abordarlo
suponiendo que se inscribe dentro de algo mucho más complejo desde distintas
lecturas conceptuales, físicas y estéticas (al menos esto es lo que occidente
ha establecido) y se refiere precisamente a complementarlo con el tiempo. Éste
último, es relativo y es posible según la percepción humana, sentirlo y vivirlo
de manera desplegada: reconfigurarlo, deconstruirlo. Por ejemplo, según la
teoría de la relatividad, un hombre puede morir antes de haber sido concebido.
Pero cuando
traemos un acontecimiento del pasado al presente por medio del video, en este
caso un acontecimiento de danza, abstraemos el espacio-tiempo; esto lo hace
también la fotografía, pero de manera inmanente. Ambos lenguajes se perciben de
manera usual (una simple linealidad de sentido o una misma dirección), pero cuando
se despliega la imagen en movimiento de ese espacio, invirtiendo tanto los
planos como el movimiento, se crean distintas direcciones y ese pasado además
de traerlo al presente, se fragmenta y transpone de manera que lo proyectado
(bidimensional) exista de nuevo y se recree de manera tridimensional.
La presente
videoinstalación aborda esas nociones de transposición como ente incorporador
de elementos espaciales sucedáneos que representan la posibilidad de indagar
aspectos del espacio-tiempo y la fragmentación como recreación virtual y
poética del pasado, traerlo al presente con filtros que posibilitan otra forma
de verlo y percibirlo: manipulación de la perspectiva mediante la inversión de planos
y puntos de movimiento, logrando que el cuerpo como ente de movimiento y
catarsis, sea poéticamente un trazo en el espacio. Ocaso realiza una especie de
exhumación del recuerdo y aunque exista la certeza de que el pasado sostiene
irrevocable lo que es real, crea estos intertextos que se yuxtaponen mostrando
que el tiempo en el arte es un paisaje alterable.
Plinio
Villagrán.