miércoles, 28 de noviembre de 2012


CLASIFICACIÓN TAXONÓMICA DEL TURISTA - Hugo Gallegos


Los estudios antropológicos sobre los grupos humanos y la cultura en donde se encuentran inmersos, son elementos construidos y nacidos de los métodos científicos occidentales del siglo XIX durante el nacimiento de las ciencias sociales y los viajes de exploración para buscar una biología de la comparación y el método de la experimentación para el laboratorio. El pensamiento darwiniano extendido desde las fauces del pensamiento crítico, el positivismo y la búsqueda de patrones de evolución en el mundo explorado, se proyecta y ramifica en cualquier disciplina donde se supone un hecho humano, porque la “civilización” es un mapa en donde fuera de él, solo puede existir la barbarie y un mundo desconocido, violento y disfuncional, pero a la vez, curioso e inocente. Así fue visto el mundo de las “indias occidentales” en tiempos de la exploración y posteriormente durante la dominación en las colonias y que aún hoy, es una idea vigente que resume y revitaliza la idea de la superioridad tecnológica y educativa por parte de occidente ante Latinoamérica y otros países distintos a la centralidad y hegemonías occidentales.

El proyecto de Hugo Gallegos retoma una parte de ese vicio científico que deviene de una labor de emprendimiento explorador decimonónico y una realidad actual que se enmarca en el turismo como actividad remunerativa para los países políticamente llamados “en vías de desarrollo”. Desde el punto de vista del estudio antropológico, Gallegos emprende a la inversa el sentido de la observación en el caso de Oaxaca, un territorio construido bajo preceptos tradicionales, históricos y culturales que recaen en una actividad turística muy importante, pero más allá de ese intercambio social de conocimiento y curiosidad ante la tradición, la cultura y el folclor, existe un juego de relaciones complejo que tiene que ver con los actores de este intercambio. Por una parte, el turista que en la propuesta de Gallegos es un actor de “castas” como en la clasificación de la pintura colonial, un personaje que existe e interactúa según su visión, su nivel educativo, pero sobre todo, el interés hacia Oaxaca, su destino. Por otra parte, el lugareño que en este caso es la parte observadora y estudiosa del turista, lo clasifica según su interés, su movilidad y su manera de comportarse según las conveniencias en ese proceso de “integración”.

Gallegos aborda Dicho planteamiento desde el lenguaje de la pintura, que acá cobra relevancia sobre su contenido estético, histórico y también clasificatorio, porque a través de este sistema de valores, se han construido los imaginarios y arquetipos del arte occidental. Gallegos realiza una deconstrucción y la clasifica desde la generalidad de la estampa ilustrativa y la fotografía que se transforman en pintura a través de elementos y fragmentos que aunado a las posibilidades de un multimontaje son los puntos de partida para desarrollar un sentido de exploración sobre la historia y el “estilo” fragmentando lo pictórico y atendiendo a las posibilidades de lo formal  y el resultante caprichoso de la abstracción que puede ser también muy fácil de realizar, por ejemplo, si se fragmentara una pintura de Velázquez tendríamos algo parecido a un Rauschenberg. En los fragmentos pictóricos clasificatorios de turistas de Gallegos existen muchas relaciones y referencias que nos llevan a pensar: este fragmento puede ser un Cezanne o un Gauguin.

En este juego circundante de clasificación-desclasificación se formula una propuesta sobre lo pictórico y sus múltiples posibilidades: la pintura como objeto, como archivo, como gesto y como estudio comparativo. Se trata entonces de una deconstrucción anárquica entre lo antropológico y lo pictórico, clasificados como temas de jerarquización.n﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽cci fauve un cezanne,  los pollidade aspecto que piede ser seglia, de

Plinio Villagrán.

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